Esta película la vi hace un tiempo. Y he tenido que tomarme un tiempo para reseñarla, pues es bastante impactante.

Nada más empezar nos presentan una clase típica japonesa. A ella llega Shoko Nishimiya, una chica con una particularidad, no oye absolutamente nada. Desde el primer día ya sufre muchísimo acoso escolar, a la par que consigue gente que la apoya y la ayuda en su día a día con las clases. Sin embargo, el acoso llega a un punto en el que Nashimiya ya no puede más y se cambia de colegio. Y es ahí cuando el acoso va hacia el principal acosador, Ishida Shouya.

He de decir que es un poco predecible. Pues más o menos sabes que va a pasar al principio. Pero llega un punto en el que ya no sabes que va a pasar. He de decir que es un gran drama. Casi todo lo que pasa puede hacerte llorar. Yo, en mi caso, lloré durante casi toda la película, y es la primera vez que me pasa. Siempre suelo llorar, pero en una escena concreta. En este caso, fue con casi todo el largometraje. Hasta en los momentos de auge.

Podemos ver desde el inicio, toda la evolución de los personajes. Incluso, como van creciendo. Sin embargo, hay algunos secundarios que sólo los ves crecer, pues su manera de actuar no cambia con el tiempo. En esta película hay muchas personas tóxicas y muchas escenas que te hacen reflexionar. Y, también, hay muchas moralejas. Esta película te enseña muchas cosas, tanto que podría ser una película muy didáctica para un público infantil.

En resumen, es una historia que recomiendo muchísimo a los amantes de la animación japonesa y el drama. También a aquellas personas que tengan hijos de más de unos seis o siete años. Es una historia con muchos valores positivos y que te enseña que no debes dejar de lado a las personas que son diferentes que tú. Sobretodo a los discapacitados. Ver la capacidad de comunicación de Nashimiya es bastante enriquecedor.