Aprovechando la fiesta del cine, fui a ver Aladdin. Lo cierto es que tenía las expectativas muy bajas con la película por todo lo que estaban diciendo de ella, y las malas críticas que había leído. Sin embargo, decidí que lo mejor que podía hacer era ir a verla y decidir por mi misma.

Aladdin es un joven ladrón de Agrabah, vive con su mono Abú en una casa medio derruida en lo alto de un edificio. Su historia comienza cuando se topa con una joven quien se ha metido en problemas por darle pan a unos niños hambrientos sin pagar por él. Aladdín y Abú la ayudan a escapar. Y es entonces cuando el mundo de Aladdín está por cambiar por completo.

He de decir que fue muchísimo más de lo que me esperaba. No es como la película Disney que todos conocemos de nuestra infancia, obviamente, pero tampoco se va mucho más lejos de lo que conocemos en cuanto a escenas, pero sí en cuanto a significado.

Jasmine es bastante distinta, y no me refiero al aspecto en sí, si no a la actitud que tiene y los deseos de ella. En la película animada podíamos verla como una chica que buscaba casase por amor, y aunque eso no ha cambiado, han aparecido nuevas ambiciones que hacen referencia al empoderamiento femenino.

El cambio más radical en la historia, según he visto yo, es el genio. En la película de animación podíamos ver a un gran genio azul con muchísimo sentido del humor. Y es que nadie puede superar a Robin Williams. Pero como Jasmine, el genio se dispersa un poco de lo que conocemos todos.

Hay varios cambios más, sin embargo, el hecho de que no fuera exactamente igual que la película de animación tiene un gran punto a favor para mí: y es que redescubres la historia con un poco más de madurez. Porque sí, para mí, este remake es la versión adulta y madura de la versión animada. Es como silos personajes hubieran crecido conmigo y ahora me estuvieran mostrando como fue realmente la historia, sin endulzarla, pero sin perder su esencia.

En resumen, no esperéis ver la versión idéntica de la película de animación. Si aún no la habéis visto, id con la mente muy abierta, y la disfrutaréis muchísimo, igual que yo hice. Sin embargo, si vais con la idea de que es lo mismo que la película de animación, saldréis decepcionados, y no es lo que la película busca. Realmente creo que es una buena película, más allá de todas las malas críticas, una versión madura y adulta del Aladdín que todos adoramos.