Puedo decir y no errar... En que es una película que no necesita apenas presentación, ya que formó parte de la infancia/adolescencia de la gran mayoría de gente que esté ahora mismo leyendo esto. Sin embargo... La presentaré como es debido, como si nadie la conociera. Como si nadie hubiera llorado con ella. Como si no me supiera cada una de las canciones de memoria o incluso los diálogos.

High School Musical es una película de Disney, dónde prácticamente toda la trama está envuelta en un instituto y en lo que ocurre dentro. Todo empieza con una fiesta de fin de año, dónde Troy, el apuesto y popular base del equipo de baloncesto de East High, conoce a Gabriella, la ganadora de múltiples decathlones academicos en distintos centros escolares. Ambos se conocen siendo sólo Gabriella y Troy, pero luego conciden en el instituto, dónde ya no son sólo Gabriella y Troy, si no todos los títulos que han conseguido con el tiempo. La revolución de todo empieza cuando ambos se presentan al musical del instituto, desvelando que les gusta cantar, saliéndose del estándar en el que están metidos.

Ciertamente esta película para mí, cuando era pequeña, con unos 9 años de edad cuando la sacaron, era lo mejor que había visto en mi vida y soñaba con que Troy aparecía en mi instituto. Con la única diferencia de que a mí en esos momentos lo que era la ciencia y las maemáticas como que no. No podría haber sido la Gabriella perfecta de Disney, pero oye... Ahí estaba mi yo de 9 años soñando.

Llegué a representar en mi colegio las escenas de la película. Aunque fue más tirando a la segunda película, aún hoy recuerdo los momentos de ensayar en una clase enana con varias de mis compañeras de clase. Y daba la casualidad de que en mi colegio el deporte predominante era el baloncesto, y la gran mayoría de chicos formaban parte del equipo del colegio. Todo un High School Musical metido en un colegio, ya os podréis imaginar la que se liaba si juntabas una clase de más de 30 niños a quienes les gustaba una película.

Dejando los throwbacks de lado, ahora viéndola después de bastantes años, me he dado cuenta que tampoco era taaanto. Pero claro, mi yo de 9 años se resiste a pensar que esa película ya no es mi favorita de Disney ahora. Siendo sincera conmigo misma, es bastante cliché y bastante premonitoria. Todo lo que crees que va a pasar... Sucede. Aún así, he de decir... Que mi yo de 21 años sigue enamorada de Troy Bolton.

En resumen, con el tiempo las opiniones cambian bastante, ya que creces, maduras, te haces mayor... Pero hay cosas que no cambian nunca. Disfrutemos más de las cosas que nos gustan, de los recuerdos, y menos pensar "vaya cosas veía yo de pequeña", porque sí... Ahora la percepción de la película para mí ha cambiado. Pero mi yo de 9 años sigue presente, y no pienso defraudarle.